Magda se encontraba en una mesa frente a un café... De pronto sintió la enorme necesidad de sonreír, porque era feliz al lado de su acompañante, así volviéndose hacia él con la mas sincera y radiante de las sonrisas lo miró... No estaba con quién esperaba... Desesperada, miró a su alrededor buscando aquellos ojos claros que la habían hecho sonreír, todos se habían ido sólo estaba aquél individuo, aquél cuya presencia deseaba evitar y olvidar. -¿Por qué sonríes?- le preguntó. -...- ella no podía responder, su presencia la trastornaba profundamente. -¿ocurre algo cariño?.... Cariño... cariño... esas palabras sonaron tan vacías y falsas a los oídos de Magda, se llenó de coraje y gritó: - ¡¿Qué estás haciendo tú aquí?! ¡Te fuiste, desapareciste y nada te importó.. nunca nada te importó! ¿Cariño? ¡No tienes derecho alguno siquiera de dirigirme la palabra! Después de pronunciar aquellas palabras, se presentó esa escena tan común, el cliché. Aquella en la que observamos a un ch