Hoy...
Era un día normal. Ella despertó después de una noche difícil, llena de sueños turbios, de sueños donde nada tenia sentido, donde las figuras se cernían sobre ella y la atrapaban en las sombras, donde solo podía correr y gritar.
La mañana transcurrió como cualquier otra. La joven continuó leyendo, perdida entre letras, personas que jamás conocería e historias magníficas.
Era un día extrañamente normal, risas, bromas... y de pronto el cielo se cerró sobre ella.
De pronto dejó de pensar, o ¿sí lo hacía? quizá estuviera soñando aún. Pero en ese momento no importaba ya.
El mar la envolvió y se dejó llevar en el va y ven de las olas, se dejó rodear por la suave brisa, se dejo guiar al compás de dos tambores que retumbaban frenéticamente y que al mismo tiempo la llenaban de serenidad.
Te quiero...
Aquel... no era un día normal...
La mañana transcurrió como cualquier otra. La joven continuó leyendo, perdida entre letras, personas que jamás conocería e historias magníficas.
Era un día extrañamente normal, risas, bromas... y de pronto el cielo se cerró sobre ella.
De pronto dejó de pensar, o ¿sí lo hacía? quizá estuviera soñando aún. Pero en ese momento no importaba ya.
El mar la envolvió y se dejó llevar en el va y ven de las olas, se dejó rodear por la suave brisa, se dejo guiar al compás de dos tambores que retumbaban frenéticamente y que al mismo tiempo la llenaban de serenidad.
Te quiero...
Aquel... no era un día normal...