Contigo me negué a creerlo...


Muchas veces he llorado por otras estrellas,
pero contigo reprimí lo más que pude mi dolor,
mis lágrimas...

Me negué a creerlo esperando despertar en algún momento,
pero eso no ocurría, cuando no pude soportarlo más,
un profundo llano brotó...

Me dolía el alma, no sólo el corazón...

Fue entonces, que desperté de aquella terrible pesadilla.

Desperté y aquí estás.
Gracias, por estar aquí.


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